Poema
diurno,
en
principio,
al
menos sospechoso…
Anoche
hablé con Rafa
en
el cumpleaños de Blanca
después
de un año de tensa indiferencia
debe
ser eso
distancia
de por medio
fue
bueno
y
raro
Ahora
se me vino a la cabeza
parte
de la charla,
la
más trivial
“No,
no hay forma,
No
me gustan las travesías.
Me
gusta remar Rafa, acá en Rosario imaginate además Rafa
con
cruzar el cauce ya es un toco
cruzar
y quedar tirada en uno de los paradores
con
baño
nada
de hippismo
esa
me va.
No,
no me copa, ya sé a vos sí…
yo
no sé…
hay
veces, cuando está muy picado
que
remo y remo
te
juro que pienso “no vengo más, vendo el kayak y se va todo a la mierda”
-“Sí,
tal cual. Me pasa cuando salgo de travesía y estoy muy cansado. La última vez
éramos 200, además mucha gente… pero cuando llegás después de remar 7,
8 horas te das cuenta de que vale la pena” (y me mostró viril el puño, e imitó
el puño con los labios y los ojos)
“-Ves
yo creo que es eso, me la vuela, te cansás y no tenés cómo mierda irte, tenés
que remarla y remarla y remarla… por eso no me gusta, es como una repetición
ominosa de la vida…y encima por opción. Estoy tratando de no ser ya más
sparring de esa puerca, cuando lo puedo evitar. No Rafa, lo mío no son las
travesías…”
Intuyo
de más
sobreinterpreto
como
siempre
Creo
que en esta pequeña charla
se
resolvió nuestra eterna disputa
fálica…
vamos
a estar bien.