Ayer tipo 6 me
llamaron del laboratorio
“ya está lo suyo
Doña”, me dijeron
“se está por
romper la bolsa de hule,
así que apure el
trámite”
Corté
y me quedé muda
“te dije androide
que esto
era un viaje de
ida, ¿y ahora quÉ hacemos?”
pensé en decirle
a mi marido
pero no se lo
dije. después
pensé en armar
un bolso e irme
rápido
“con él va a
estar mejor, seguro”
y caminaba por la
cocina
mientras la
tortuga me seguía
y yo la esquivaba
para que no me
mordiera los talones
(no quería que
cambiara de color, de nuevo)
Me masajeaba el
pecho
para que dejara
de girar
el vórtice
que se activa
cuando me agarra
angustia
y mientras tanto
pensaba
“Bueno, son
concesiones, ya lo sabías,
en el fondo es
miedo, en el fondo es miedo,
en el fondo es
miedo (respiráaaaa, respiráaaaa, respiráaaa)
te dejó tenerlo
en el laboratorio,
Qué Más Querés,
Accediste, Ya Está: Lo Tenés Que Ir a Buscar. Punto”
Y llega Él con su
sonrisa endorfínica
Esa,
Sí,
La misma
que esgrime para
generar endorfinas
y optimizar el
desempeño de sus circuitos
Llega tarareando
rítmicamente
porque esa mañana
ostenta
una dosis de
felicidad extra
(ayer compré
Nutela)
Me pasa por al
lado
y manotea mi culo
con firmeza
entonces
seguramente percibe
el temblor sutil
que me recorre la
epidermis
y claro: es un
androide
Yo por dentro
muto de nervios
rojo, azul,
verde, fucsia, amarillo, rojo, azul, verde
verde, verde,
verde, verde, verde, verde, verde, Verde
y arqueo Ya Tan
hacia abajo la boca
y las cejas
que comienzan
a dolerme
y siento
que si fuera un
gato
tendría
de tristeza
los bigotes
por el suelo
Él me mira y se
sonríe
mostrándome sus
dientes de roedor simpático
“Ya lo fui a
buscar Mona cagona, está en el garaje,
adentro de la
caja de la impresora, tapado con una mantita.
Y quedate
tranquila, me fijé en la máquina y está todo bien:
infancia,
pre-adolescencia, adolescencia…eso sí, llegué hasta ahí, no quise ser invasivo.
Me planté cuando vi
que trataba de formar una comunidad anarquista.
Que conste las
cosas que hago por vos Mona loca,
ya sabés que yo
no soy ansioso.”
Se largó puntual
la lluvia radioactiva
así que abrí el
paraguas robot
que nos regaló
para navidad
el Tatita
y salimos
abrazados
hacia el garaje
tratando de
sortear
los primeros
charquitos
que se iban
formando
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