Ya es fines de
enero
y mi árbol de
navidad sigue sobre el mueble
que hizo Guille
y que dejó antes
de irse
el papá Noel de
felpa
también está
todavía
colgado de la
pata del bicho alienígena
que me regaló Agu
que a su vez está
colgado
del gancho que
dejó la inquilina anterior
la perra esa que
me quiso cagar con plata
Agu me lo regaló
porque le daba cosa
que tuviera el
living tan pelado
y era cierto
como que era muy
llamativo
elocuente digamos
y es que,
claro,
yo veo pasar las
cosas
o quedarse y
hacer caos
a sus anchas
me gusta observar
los paisajes
surrealistas
los brotes
entrópicos
las montañas de
hojas
como sinfonías
Trato de no
intervenir
de no
comprometerme
demasiado con el
asunto
llamémoslo:
“La fobia como
una de las bellas artes”
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